Los reflejos son un mecanismo de defensa importante en nuestro cuerpo, y de ellos nacen a causa de la propiocepción.

Los reflejos surgen rápidamente ante situación inesperada de forma eficiente o no, a través del sistema propioceptivo.

¿Qué es la propiocepción?

Este concepto hace referencia a la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y la posición de las articulaciones.

También en los movimientos diarios y sobre todo en aquellos que necesitan mayor coordinación.

El sistema propioceptivo está compuesto por una serie de receptores nerviosos que están en los músculos, articulaciones y ligamentos.

Éstos se encargan de detectar el grado de tensión muscular y el grado de estiramiento muscular.

Dichos receptores envían la información a la médula y al cerebro para que la procese.

Después,  una vez procesada por el cerebro manda la información a los músculos para que realicen los ajustes necesarios en cuanto a la tensión y estiramiento muscular y así conseguir la eficacia deseada en el movimiento deseado.

Podemos decir que los propioceptores forman parte de un mecanismo de control en la ejecución de movimiento.

Es un proceso muy rápido que realizamos de forma refleja.

¿Cuáles son los receptores?

Los receptores son:

  •  Huso Muscular
  •  Órgano Tendinoso de Golgi
  •  Receptores de la cápsula articular y ligamento articular
  •  Receptores de la piel.

¿Por qué es importante el entrenamiento del sistema propioceptivo?

Porque es un sistema de información importante a la hora de mantener la postura, realizar movimientos, o aprender movimientos nuevos.

Hay que tenerlo en cuenta tanto en la vida diaria y más aún, en la práctica deportiva.

Si hemos sufrido una lesión, ese sistema propioceptivo que actúa de defensa se deteriora produciendo  un déficit en la información.

Este déficit de información se da en el  Sistema Nervioso Central.

Esto provoca que esa persona sea  propensa a sufrir otras lesiones y se vea disminuida su  coordinación.

Por ello es muy importante reeducar el sistema propioceptivo,  pudiendo entrenarse a través de ejercicios para responder con eficacia,  fuerza, coordinación, equilibrio, y tiempo de reacción ante situaciones determinadas.

Así, la persona saca ventaja de los mecanismos reflejos del cuerpo, manifestándose de forma y en tiempo adecuado, ayudando  a recuperar su postura, sin que se produzca un desequilibrio mayor con una lesión no deseada.

Desde GentNova esperamos que os haya gustado este post, y hayáis aprendido un poco más sobre la propiocepción.