El final del verano, llegó?…como dice la canción

El verano es la época del año en la que los pies están descubiertos con lo que aumentan las probabilidades de que se vean afectados por algún tipo de dolencia.

Tras la época estival, alrededor del 75% de las patologías que tratamos en consulta están relacionadas con el abuso en la utilización de un calzado inadecuado, como zuecos y chanclas o por andar descalzo en exceso.

Las dolencias más comunes son dolor en el tobillo, en la planta, empeine y arco interno del pie. También es frecuente una deshidratación excesiva de todo el pie, uñas despuntadas o rotas por el contacto diario con el agua, el uso de calzado descubierto y el abuso de esmaltes. Además, se agravan los callos y durezas en el caso de personas que habitualmente utilizan plantillas, porque en verano dejan de utilizarlas.

Por ello, una vez acabado el verano, se recomienda una revisión por parte del podólogo para realizar una quiropodia y así eliminar durezas, tratar uñas y talones, que son los que más sufren en verano, examinar el pie para descartar la aparición de alguna patología y, si la hubiera, aplicar el tratamiento adecuado lo antes posible para evitar consecuencias que se agraven con el paso del tiempo.

Esto es especialmente importante en el caso de las personas diabéticas que, al padecer neuropatías y tener dificultad de cicatrización, deben ser controladas para impedir que cualquier rozadura o impacto en el pie derive en una úlcera.

Por otro lado, antes de volver a utilizar un calzado cerrado, desde el Colegio de podólogos nos recuerdan la importancia de seguir estos

7 consejos para preparar los pies para el otoño ?

  1. Hidratar adecuadamente para evitar la aparición de ampollas, grietas y sequedades, especialmente en el talón.
  2. Secar cuidadosamente. El exceso de humedad provoca múltiples problemas en los pies, por lo que deben secarse minuciosamente, prestando especial atención al espacio interdigital, para evitar la aparición de hongos y bacterias.
  3. Escoger correctamente los calcetines. Éstos deben ser de fibras naturales, permitir una transpiración correcta al pie y no apretar en la parte alta para evitar problemas circulatorios.
  4. Revisar las plantillas del interior del calzado. Cuando los zapatos permanecen guardados varios meses, es posible que las plantillas se hayan resecado por la sudoración, estén desgastadas o rotas. En el caso de que el calzado se encuentre en buen estado, se recomienda cambiarlas por si hubieran aparecido hongos o generaran molestias al caminar. Además, hay que revisar las suelas y cambiar las tapas si están deterioradas para que el calzado no sufra por el desgaste de las mismas.
  5. Eliminar el esmalte de uñas, hidratarlas para que no agrieten y revisar que estén libres de hongos. Dale un respiro a tus uñas.
  6. Curar heridas, ampollas o rozaduras ya que el uso de calzado cerrado puede complicar su curación.
  7. Asegúrate que el calzado que adquieres además de cumplir con tus gustos de diseño, cumple con las características más saludables para tus pies como por ejemplo la transpiración, el ajuste y el material adecuado para evitar presiones inadecuadas.

Mimar tu pies no es un capricho es una cuestión de salud y en Gent Nova te ayudamos a hacerlo con profesionalidad y cariño. Una combinación perfecta que lleva a cabo la podóloga Sara Casado Fernández N.col 3172.

Además, ahora y hasta el 19 de noviembre tenemos una promoción para que aún te cuides más y es que con la compra de uno de nuestros servicios de podología te regalamos una terapia Quantum Detox.

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