Si queremos tener una vida plena y con salud hay 8 «doctores» a los que tenemos que hacer caso.

 

Más allá de medicamentos y tratamientos, hay 8 pautas esenciales que, practicadas regularmente, son fuente de salud y vitalidad

 

Una alimentación saludable rica en productos naturales, equilibrada, libre de tóxicos. Comer lo que nuestro cuerpo realmente necesita, así como dejar descansar el cuerpo durante periodos de ayuno, tiene impacto en todo el organismo.

Hacer ejercicio. El sedentarismo es un factor determinante para contraer enfermedades. Debilita la masa muscular y los huesos, acentúa el cansancio, debilita el sistema inmunológico, nos hace perder resistencia y sintetizar peor las grasas y los hidratos de carbono.  Busca actividades que te gusten y disfrutes. Al principio cuesta un poco pero la recompensa es genial: más energía, menos peso, mejor descanso, más autoestima, más alegría…

Si quieres salud, ¡muévete!

 

La respiración consciente. La vida comienza con una respiración y acaba con una espiración. Respirar, es VIDA. Llenar nuestros pulmones haciendo inspiraciones profundas, aumenta el oxígeno que reciben nuestras células, mejorando nuestro rendimiento mental y produciendo una sensación de inmediata de calma. Mejor aún si es aire puro, en la naturaleza. Hacer una pausa y respirar profundamente, resetea nuestro ser.

El agua es otro de los elementos esenciales para la vida. Necesitamos beber al menos 1.5l de agua al día para que todas las funciones de nuestro cuerpo puedan realizarse correctamente y eliminemos todos los deshechos de cada proceso metabólico. La digestión, la absorción de nutrientes, la circulación sanguínea, todo necesita agua. Somos, en esencia, agua. Y esa agua debe mantenerse limpia.

8 pautas esenciales para vivir mejor

El descanso. Dormir poco o mal incrementa el riesgo de padecer muchos males y enfermedades. Desde dolor de cabeza hasta obesidad, pasando por afecciones cardiovasculares. Pero no solo nos referimos a dormir sino a saber desconectar de la «locura de la vida» encontrando espacios en los que no hagamos nada, simplemente, seamos.

El sol es un gran aliado para nuestra salud si se sabe tomar con medida. Necesitamos que nos dé directamente sobre la piel para sintetizar la vitamina D, si bien debemos elegir las horas del día en las que su intensidad no ponga en riesgo nuestra salud. Unos 15 minutos al día serán suficientes e incluso más durante el invierno, momento en que nos llenará de energía.

No es que las personas felices sean agradecidas. Son las personas agradecidas las que son felices.

 

La gratitud. Los estudios muestran que las personas agradecidas disfrutan de mejor salud mental y física, lidian mejor con los problemas de la vida, duermen mejor y sufren menos depresiones. La gratitud se puede entrenar mediante la realización de sencillos ejercicios que nos conecten con esta emoción.

El amor dar y sentir amor aumenta la producción de endorfinas, mejora el sistema inmune, reduce el estrés y alarga la esperanza de vida, según diversas investigaciones. Además, al incrementar la producción de otras hormonas, mejoran la calidad de la piel y del sueño. Pero sobre todo, el amor hace de la vida algo que merece la pena, le da sentido.

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Este artículo está inspirado en el libro Los 8 Doctores. Tener salud crea magia en tu vida de Jean- Romain Michaux