Esta semana en el blog de Gent Nova hablaremos de las radiaciones telúricas. Pero, empecemos desde el principio. ¿Qué significa “telúrico”? Procede del latín “tellus”, que significa tierra. Es decir, el conjunto de radiaciones que emanan de la tierra. Sí, las hay.

La ciencia que estudia estas radiaciones que produce la tierra se llama Geobiología. Este estudio científico permite encontrar las relaciones entre los distintos elementos.  Emiten radiaciones que ejercen su influencia sobre el ser humano. Y puede ser de manera positiva o negativa.

Desde los radiestesistas hasta los físicos, pasando por médicos y terapeutas. Todos evidencian, cada vez más, las influencias que estas energías tienen sobre nuestra salud. Estas fuerzas no son nuevas, se remontan a la antigüedad.

Tanto en Oriente, como en Occidente, se intentaba dar explicación a estos fenómenos perturbadores aparentemente inexplicables. Y se hacía a través de los símbolos o la filosofía. Muchas de las construcciones, con objeto místico, se establecen en determinados puntos de la geografía a través de toda la tierra. Unas buscando el beneficio de estas energías, y otras tratando de evitarlas.

¿Hay radiaciones telúricas perjudiciales?

Hoy la ciencia ya ha dado nombre a alguna de esas emanaciones que produce la tierra. Corrientes eléctricas que, en muchos casos, corren por corrientes de agua subterráneas, o magnéticas. Y lo hacen por emanación de vetas de minerales, accidentes geológicos, o cualquier otra manifestación de la tierra que no sigue un criterio uniforme como es el caso de las líneas de Curry, Hartmann.

O, incluso, los cruces de Ley con complejos entramados energéticos. Estas líneas, o inserciones de líneas, no son perjudiciales en sí mismas. Pero lo pueden llegar a ser si concurren otros factores. Entre éstos está, por ejemplo, cuando nosotros tenemos bloqueos energéticos, y estas radiaciones no pueden fluir a través de nosotros quedándose estancadas. Y todo lo que se estanca,  se altera.

De ahí, la importancia que nos mantengamos armónicos. Las energías siempre pasaran a través de nosotros, las perjudiciales y las que no lo son.

Unas serán neutralizadas por nuestro sistema inmunológico energético. Ésta está denominada, en Medicina Tradicional China, como la energía Wei. Y las otras, al no encontrar bloqueos, pasarán libremente en ese intercambio constante que el ser humano tiene con el medio en el que se encuentra.