En el artículo de esta semana de Gent Nova vamos a hablarte sobre el podólogo. Y completar así la información que anteriormente de dimos sobre la buena salud de los pies. Durante mucho años a este profesional también se le ha conocido como callista. Aunque este término ya ha quedado anticuado. Actualmente las competencias del podólogo son mucho más amplias que el tratamiento de callos y durezas.

El podólogo es un profesional sanitario de la rama de la Medicina. Ha sido preparado para la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de las enfermedades y deformidades del miembro inferior. Especializado, sobre todo, en el pie.

No todas las zonas de nuestro cuerpo tienen un profesional especializado en su tratamiento. Y nuestros pies tienen ese gran privilegio, siendo el podólogo este profesional.

¿Cuándo debemos acudir al podólogo?

Es aconsejable realizar una revisión al año. También,  aún cuando no exista la presencia  de un problema. De esa manera nos aseguramos de que todo está bien. También obtenemos la oportunidad de aclarar cualquier duda que nos pueda surgir acerca de nuestro calzado, los correctos cuidados… La mejor cura es una buena prevención.

Si, por el contrario, tenemos algún tipo de dolencia, el podólogo nos expondrá los distintos tipos de tratamiento y el tiempo en que éstos deben llevarse a cabo. Se tratan de tratamientos conservadores, no agresivos, que no suelen causar dolor.

A continuación, exponemos algunas de las patologías que suelen aparecer en consulta:

  • Papilomas: Suelen desarrollarse en niños y adolescentes. Pero también pueden hacer su aparición en la edad adulta. Son contagiosos, suelen cogerse en piscinas y duchas. Cuando éstos se dan, se deben seguir una serie de medidas concretas.
  • Uña encarnada: Puede presentarse a cualquier edad. No siempre la causa de este estado es haberlas cortado mal.
  • Hongos: Aparecen tanto en las uñas, como en la piel (pie de atleta). A esta infección por hongos se le deeba dar tratamiento.
  • Sudoración excesiva
  • Durezas en las plantas de los pies y callitos entre los dedos 
  • Grietas
  • Problemas biomecánicos: Entre éstos podemos incluir el pie plano, el pie cavo, la fascitis plantar o la inestabilidad de tobillos
  • Lesiones deportivas mal curadas que sobrecargan el pie en ciertas zonas y causan dolor
  • Deformidades óseas: Entre éstas podemos incluir a los juanetes, los dedos en martillo o los dedos en garra

 

No olvidemos que los pies soportan a diario el peso de nuestro cuerpo. Están sometidos a mucho estrés y micro traumatismos. Nos mantienen estables y merecen un poquito de atención con el paso de los años. Los problemas circulatorios, los desgastes óseos o articulares y los déficits psicomotores  se traducen en alteraciones dérmicas. Y esto da lugar a callosidades y deformidades.

Además, muchos de los problemas en los pies son causantes de otros que aparecen en otras zonas del cuerp, como los dolores de espalda.

Los pies nuestras ruedas, merecen que los cuidemos bien.